si el pueblo reconstruye, el pueblo debe mandar

En primer lugar, queremos expresar nuestro más profundo pesar a todas las personas afectadas, especialmente a aquellos que han perdido a familiares y amigos. Sabemos que las palabras no pueden aliviar el dolor, pero al menos sirven para dejar claro que no estamos solos. Conocemos de primera mano, porque entre nuestros vecinos y compañeros de lucha hay quienes han perdido familiares o que están sufriendo quedarse en la vida sin nada.

Han pasado ya varios días y ahora podemos hacer un análisis más reflexivo .


La respuesta institucional a esta tragedia fue desastrosa (y muy clarificadora). La falta de preparación ha sido y es absoluta a la vista de cómo pasaron los acontecimientos, y cómo sigue la situación a día de hoy.

A pesar de que la AEMET advirtió al Gobierno Valenciano sobre la magnitud del desastre que se avecinaba, el aviso fue ignorado. Cuando las condiciones meteorológicas empeoraron de manera innegable, el Gobierno no solo permaneció inactivo, sino que permitió que la vida de los trabajadores se arriesgara por intereses empresariales.


Los responsables de esta negligencia laboral no son desconocidos: son empresarios con grandes fortunas, pero con una ética y humanidad nulas y con una influencia política que nada tiene que envidiar a las grandes corporaciones eléctricas o constructoras. Estos «señores», con su falta de escrúpulos, decidieron no detener la producción. Después de todo, son los trabajadores quienes ponen el cuerpo y la vida, mientras que ellos solo se enriquecen.


Y lo más indignante: tras ignorar las señales de alerta, tras impedir que los trabajadores pudieran contactar con sus familias …ni el Gobierno autonómico, ni el estatal, movieron un dedo para paliar los daños, solo para escurrir el bulto.


En cualquier otro trabajo, si cometemos un error, nos enfrentamos a sanciones y despidos pero aquí, en estos niveles de poder, la negligencia que termina en muertes y destrucción… no tiene consecuencias. ¿Por qué? Porque para ellos, nuestras vidas no valen nada, más allá de nuestra mano de obra ( contra más barata y precaria, mejor) y quizá el voto.


¡Esto no puede quedar impune! La destitución de todos los responsables debe ser inmediata, y deben rendir cuentas ante los tribunales.


No podemos permitir que esto se olvide ni que quede sin castigo.

La otra cara de la moneda: el pueblo trabajador

El pueblo ha respondido con rapidez, solidaridad, con corazón, mostrando los verdaderos sentimientos humanos que anidan en quienes cotidianamente sufren las consecuencias de un sistema basado en la explotación y el desprecio a la vida.

Uno de los muchos vehículos cargados dirección a Valencia. Foto de los enseres recogidos en Palmete, uno de entre mucho de los barrios donde los vecinos se han volcado, con héroes anónimos organizando todo


En cuanto la tragedia tocó a las puertas de Valencia, el pueblo no tardó en movilizarse para ofrecer ayuda, poniendo todo lo que tenía a su disposición, organizándose espontáneamente en brigadas de salvamento y reconstrucción.

Desde los barrios obreros de Sevilla, miles de personas y algunas organizaciones sindicales y vecinales se activaron inmediatamente recopilando todo tipo de ayudas. Han salido varios camiones cargados hasta los topes, y es una muestra de lo que decimos. Sabemos que esto se ha repetido por toda la geografía, pero también tenemos claro de dónde surge esta actitud: el instinto de solidaridad, ausente completamente en la clase dominante y sus representantes, bien dispuestos siempre para las hipócritas fotos.

Junto al pueblo valenciano, les decimos: ustedes, gobernantes, reyes, patronal, nos han dejado morir, mientras observaban cómo las grandes empresas y especuladores de turno aprovechaban la tragedia para enriquecerse. Los precios de los hoteles se disparaban, Uber subía tarifas escandalosamente, Mercadona no dudaba en sacar camiones de reparto, y el grupo Inditex mantenía a sus trabajadoras bajo condiciones inhumanas, llevando a muchas a la muerte, tras negarles la posibilidad de mantenerse comunicadas.

Nos roban hasta el último aliento ¿Dónde queda la justicia en todo esto? Ustedes, presidentes, son los lacayos del poder económico, gobernando para las eléctricas, las constructoras, la banca y otras empresas sin escrúpulos.

¿Quién paga todo esto? ¿cómo vamos a evitar que se repita? Cuando nuestras vidas y nuestras condiciones de vida están supeditadas a los intereses del capital, y los gobiernos son meras marionetas de esos intereses.

AHORA ES EL MOMENTO DE HACER QUE TODAS RESIDENCIAS VACÍAS EN MANOS DE ESPECULADORES SEAN EXPROPIADAS SIN INDEMNIZACIÓN Y PUESTAS AL SERVICIO DE TODA LA POBLACIÓN AFECTADA. Ellos, los especuladores, son de la misma clase que ha permitido todo esto, junto a los constructores que han levantado casas sin ninguna planificación, empeorando salvajemente la situación que ahora vemos.

¡VECINO, VECINA, TRABAJADOR, TRABAJADORA, ORGANÍZATE! FUERZA VALENCIA

SI EL PUEBLO RECONSTRUYE, EL PUEBLO TIENE QUE MANDAR

No descansaremos hasta que se haga justicia y para ello el sistema tiene que cambiar.
VALENCIA, VUESTRO DOLOR ES EL NUESTRO.

MUCHO ÁNIMO CON VUESTRA MANIFESTACIÓN DEL 9-N: ¡Fuera Mazón ya!

(algunos compañeros de Barrios Hartos estaremos presentes en solidaridad)

Sols el poble salva el poble!✊🏽

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