Vienen tiempos de duros ataques de las grandes empresas a los trabajadores. El paro, que ya asola nuestros barrios, amenaza con más miseria, que ya está en niveles de derrumbe para muchas familias y que condena a la juventud a la nada.

Los trabajadores de Aernnova han luchado como leones durante 3 meses contra el despido de 73 trabajadores del centro sevillano. Finalmente los objetivos no se han conseguido. La patronal ha logrado meter un «acuerdo» bajo múltiples amenazas (alguna bastante de manual: decían que se llevaban la planta; lo de siempre).

Ahora han salido a la calle 40 trabajadores. En noviembre se revisa la situación y se prevé que plantearán otros 33 despidos. Una auténtica escabechina que lleva meses rondando el sector de la aeronáutica: LTK-Alestis e Inespasa fueron antes. Irán a por más.

CCOO, al frente de la lucha, dio por buena la última oferta de la empresa, sin ocultar los temores ante las amenazas de ésta de cerrar la planta. Este factor, combinado con la enorme carga para las familias que han supuesto 83 días de huelga, ha dado por finalizado el conflicto, con un acuerdo que en realidad no modifica la ejecución de la hoja de ruta destructora impuesta por Aernnova hace 3 meses.

Por nuestra parte, hemos comprobado de primera mano que la clase trabajadora está dispuesta a luchar. Que se lanzó a la lucha como un solo bloque, sin mirar para atrás, demandando «cero despidos» ante la constatación de que existe carga de trabajo para mantener todos los puestos al menos para 2021, tal y como además rezaba en un compromiso anterior, en relación a esto, por parte de la empresa.

Pero el ansia de recuperar los beneficios hace que la vida de decenas de familias trabajadoras pase al plano de la indiferencia para estos supuestos «creadores de riqueza». La excusa del COVID les viene que ni pintado pero ni siquiera los ERTES les valía. Ellos querían destruir puestos, para en caso de que lo necesiten, contratar de aquella manera (ETTs o lo que haga falta).

A pesar de todo, a pesar de que la empresa ha conseguido sus objetivos (lo único tangible que ha cedido es una compensación extra de 4000 euros brutos para los despedidos), nos sentimos orgullosos de haber compartido con la plantilla dos jornadas que para nosotros son inolvidables, además de alguna mañanas en el polígono.

Una en la Negrilla, con un día de lluvia intensa justo en la hora del acto. A pesar de todo allí nos vimos más de 100 personas, entre trabajadores y vecinos. La otra experiencia fue en Pino Montano, con más de 150 personas y muchos vecinos parándose a escuchar y mostrar su rabia por lo injusto de la situación. Fue increíble ver de primera mano la fuerza, la voluntad y determinación que transmitían. Por nuestra parte, aprendimos de ellos. Por ello estamos agradecidos, por sus muestras de coraje que nos inspira para continuar en esta batalla por transformar la sociedad y conseguir un modelo donde millones de vidas no estén en las manos de las decisiones de un puñado.

Hicimos lo que teníamos que hacer. Intentamos extender la lucha. Acompañar, dar moral y aportar lo que teníamos. Seguiremos luchando, no hay otro camino.

Contra el paro
Por la dignidad de los Barrios Obreros
VIVA LA CLASE TRABAJADORA