Ni escondido detrás de 1000 farolas puede el alcalde ocultar la vergüenza de tener una ciudad con cortes de luz permanentes.
Mientras el Sr. Sanz gastará más de 700.000 € en cambiar las farolas del centro por unas más «bonitas», muchos barrios obreros de Sevilla están pasando un enero de pesadilla, sufriendo apagones diarios que llegan a superar las 24 horas.
Mientras tanto, Endesa sigue sacando a pasear un rancio argumento-excusa del uso ilícito de la red eléctrica por parte de delincuentes eléctrico. La caradura de esta empresa y sus representantes no parece encontrar límites. Para que nos hagamos una idea, en la última reunión del 11 de diciembre exhibieron una especie de informe (repartido a todos los asistentes sin firmar ni fechar) donde se afirma que han gastado la impresionante cifra de 419.727,03 € para Candelaria, Pajaritos, La Plata-Su Eminencia, Padre Pío, Poligono Sur, Palmete, Cerro del Águila, Santa Teresa, Juan XXIII y Torreblanca.
En la mesa se sienten fuertes porque tanto Junta de Andalucía como Ayuntamiento, ambas instituciones en manos del mismo PP que vendió Endesa a precio de saldo, los apoya esgrimiendo exactamente los mismos argumentos. Para mayor vergüenza de los representantes institucionales, a lo miserable de los números presentados, se suma la actitud de no disimular en nada la indiferencia ante el sufrimiento causado a miles de familias afectadas. Eso sí, sale el alcalde para anunciar que va a gastar más de 700.000 euros para apostar «por el paisaje urbano». Menuda fauna tenemos al mando de Sevilla.
Aquí dejamos la estampa, que debería ser motivo de bochorno para cualquier gobernante, incluso siendo de la derechona más señorita, rancia y «fernandina». Es el mapa de incidencias eléctricas del día 8 de enero, pero que hubiera podido ser capturada en cualquier día de los más fríos de diciembre, incluyendo las señaladas fechas del 25 y el 31:
Detrás de cada símbolo de incidencias hay cientos de personas con casas y calles a oscuras.
La cuestión de los enganches para cultivo de marihuana como justificación para esta situación ya ha sido negada como motivo exclusivo del problema por parte de la Subdelegación del Gobierno. A través de un comunicado de prensa ya dejó claro que no hay un incremento de demandas de actuación de la policía por parte de Endesa, lo que significa que esta empresa estaría siendo cómplice de delitos que no denuncia.
¿Cómo puede ser esto? La explicación resulta sencilla en tanto que para la división territorial de Endesa resulta más económico reducir sus inversiones en las zonas afectadas hasta la irrisoria cantidad de 419.000 € en 2023 bajo el paraguas de que el problema no son la cuantía sino el carácter delincuente de los barrios obreros. Le sirve para, desde una posición de discriminación clasista, estigmatizar a las zonas más castigadas por el paro, la precariedad y las malas condiciones de vida a las que la población es sometida a través de políticas antiobreras y para ahorrarse unas inversiones para las que no espera retorno. ¿Entonces para qué va a denunciar ni nada si esto es la excusa perfecta? Es puro y simple cálculo económico el que guía la administración y gestión de un bien esencial para la vida de decenas de miles personas. Aquí da igual que los trabajadores no puedan descansar, o que los enfermos, ancianos, embarazadas o bebés sufran lo que tengan que sufrir. Es su dinero y punto. Para eso el Sr. Sanz, casado con una empleada de alto nivel de Endesa, es el primer sabueso en mostrar su dientes poniéndose de perfil cuando no de frente a los afectados, resguardando los intereses de un puñado. Mientras, está asunte cualquier atisbo de vergüenza de tener en la ciudad esta situación.
Los barrios obreros en Sevilla tienen una larga tradición de lucha, que no puedo acallar ni siquiera la más negra dictadura. Tras muchos años de apatía creada en el movimiento vecinal, estas tradiciones vuelven a emerger y el brutal ataque que estamos sufriendo en las condiciones de vida (no sólo en el terreno de los apagones) está larvando una respuesta popular que los que tengan que enfrentarla no tendrán razón alguna a la hora de invocar a la proporcionalidad. Los primeros que están rompiendo todos los límites son ellos.
Es inadmisible. Estáis jugando un papel importante en la defensa del bienestar de todos.