Bonilla y todo su equipo tiene una prioridad: cargarse desde el Gobierno de la Junta todo lo que conquistó la clase trabajadora en las calles. Tienen en el centro de su programa convertir en suculentos negocios lo que aún son derechos, aunque ya ampliamente degradados.

Toda persona consciente tiene el deber de responder estos ataques en la movilización. Es la única forma que tenemos de frenarlos y recuperar todo lo perdido.

– Bajada de ratios: aumento y estabilidad de las plantillas.

– ¡Comedores públicos en manos públicas!

– Los fondos públicos tienen que ir a mejorar y desarrollar la EDUCACIÓN PÚBLICA. Basta de financiar a la privada vía conciertos.

– Recuperar la Formación Profesional pública.

– Basta de precariedad en el Personal Técnico de Integración Social (PTIS).

– ¡Basta de universidades privadas!

– Universidad gratuita y de calidad.

– Aumento de becas

– Escuelas infantiles públicas y gratuitas en cada barrio.

Sobre la FP, la Universidad

El número de estudiantes en la FP en Andalucía pasó de 123.000 a casi 174.000 en los últimos 5 años. Pero mientras la demanda creció un 40,3%, la FP Pública lo hizo un 36% frente al 50% de la privada. Esto resume la tendencia que estamos viendo, que se concreta en que muchos jóvenes de los barrios obreros se quedan sin plazas y sin posibilidades de estudiar por no disponer del dinero que se necesita para acceder a la privada. La empresa MEDAC (en manos de un fondo de inversión estadounidense, KKR) está copando prácticamente toda la FP de Ciclos Superiores. Sus matrículas se han duplicado, pasando de 12.000 a casi 24.000 en una legislatura del PP, y el proceso sigue.

El crecimiento de la FP refleja también varios aspectos. Entre ellos la devaluación de la educación universitaria. La precariedad del mercado laboral de los jóvenes, más o menos cualificados, hace que los estudios universitarios pierdan interés, salvo para quienes pueden estudiar por «gusto» sin preocuparse del mercado laboral. 

Para la Universidad, la hoja de ruta de Bonilla y su gente es restringirla a las élites sociales, expulsando de ella a los hijos de las familias trabajadoras. Este aspecto tampoco se escapa a sus políticas. En Andalucía ya tenemos 17 universidades privadas (más que públicas, 10). Algunos de sus edificios se están contruyendo con … ¡dinero público! (bajo el paraguas de la “colaboración público-privada”). Mientras tanto se producen recortes y precarización creciente en las plantillas y recursos materiales. El caso de la Pablo de Olavide en Sevilla es representativo, año tras año ve peligrar su viabilidad por falta de presupuestos. 

Ver aquí la declaración de rechazo de los rectores andaluces de las universidades pública: enlace a declaración.

Las escuelas infantiles y PTIS

En el otro extremo de edad, la falta de escuelas infantiles públicas y gratuitas esclaviza a parte de la población, con especial incidencia en mujeres y personas mayores, que a menudo se tienen que hacer cargo de los más pequeños por falta de servicios públicos y las tarifas inasequibles. A todo esto se añade el maltrato sistemático al Personal Técnico de Integración Social, sometido a una precariedad y abusos extremos, con falta de estabilidad y personal suficiente, precisamente dedicado a los sectores más vulnerables del alumnado.

Esta situación no cae del cielo. Es la forma de demoler, como se está haciendo con la Sanidad Pública, las conquistas de la clase trabajadora. Los barrios obreros no sólo padecemos la falta de trabajo en condiciones de dignidad, sino que estamos sufriendo los recortes, la falta de infraestructuras de todo tipo, el encarecimiento de todo y la despreocupación por la situación de retroceso que estamos viviendo a todos los niveles. Junto a Marea Verde, nos tendrán enfrente,

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