LAS ACAMPADAS ESTUDIANTILES MUESTRAN UN CAMINO

Los estudiantes de cientos de campus universitarios del mundo dieron un paso muy importante a escala internacional, contribuyendo al aislamiento político del gobierno criminal de Israel, que continúa segando la vida de decenas de miles de personas. La juventud mostró que, a pesar de la complicidad de las instituciones oficiales, incluyendo el mundo académico, es posible arrancar medidas concretas a través de la decisión, la voluntad y la presión de masas.

En Sevilla, tanto en la US como en la Pablo de Olavide, cientos de estudiantes participaron en acampadas, manifestaciones y encierros que obligaron a que los rectores hicieran declaraciones comprometiéndose a romper las relaciones académicas y de investigación con Israel. No es, desde luego, el objetivo completo que se propusieron los estudiantes, pero sin duda es mucho más de lo que la cobardía institucional ante el poder económico imperialista permitía a sus representantes oficiales. El objetivo manifiesto es romper también todo vínculo económico con empresas y organizaciones que financian directa e indirectamente al ente sionista.

¿Qué hacen los bancos como el Santander en nuestras Universidades públicas? Precisamente empresas como estas han financiado, y continúan haciéndolo, todo tipo de operaciones imperialistas, incluyendo los asentamientos ilegales de colonos en territorio palestino.

Desde estas líneas, queremos reconocer la valentía y el arrojo de estos jóvenes, que demuestran que en la sociedad habita un sentimiento profundo de rabia ante las escenas que dejan un mundo basado en los intereses de un puñado de parásitos, sedientos de recursos y territorios. Muestran el camino para todos los sectores oprimidos y aplastados por un sistema que solo es capaz de generar caos, masacres y crisis, que padecemos precisamente quienes producimos todo en la sociedad. La clase trabajadora, con nuestra juventud, tenemos más poder del que nos dejan ver.

El movimiento estudiantil ha vuelto a dejar un sello en los acontecimientos. Por ello cualquier intento de tomar acciones represivas contra quienes han sacrificado parte de su curso por una causa justa será condenada y combatida por el conjunto de los movimientos sociales. 

Basta de Ley Mordaza y otros mecanismos supuestamente pacíficos para ejercer la más sucia guerra contra las personas y organizaciones que combaten por transformar la sociedad.

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