—–DEFENDAMOS NUESTROS DERECHOS O SE LO CARGAN TODO—–

Nuestros centros de salud continúan sufriendo las consecuencias de la pésima situación de la Atención Primaria, atacada durante años mediante recortes en personal y recursos, mientras se desvían miles de millones a las externalizaciones en favor de clínicas privadas.

Los centros se encuentran colapsados además por falta de facultativos que en muchos casos emigran allí donde se les garantizan condiciones laborales estables y dignas.

La pandemia por el Covid-19 ha servido para dejar al descubierto y agudizar todas las deficiencias que ya padecía nuestro sistema público sanitario.

La Atención Primaria es el pilar sobre el que se sostiene el sistema público sanitario, en nuestros Centros de Salud se atienden el 80% de las enfermedades, se realiza la promoción de la salud, la atención domiciliaria y la coordinación con las unidades de salud mental, y el déficit de recursos humanos y materiales están provocando que muchas enfermedades no sean diagnosticadas ni que los pacientes reciban sus tratamientos.

¡Más precariedad, más paro, mayor abandono institucional y peores condiciones de vida para la clase trabajadora!

Estamos inmersos en una crisis sin precedentes que afecta y se recrudece aún más en los barrios obreros, castigados durante años por el abandono institucional, por la falta de inversiones en infraestructuras y servicios (hasta las líneas de autobuses están en el punto de mira).

Aquellos en condiciones más que precarias y sin ningún tipo de ingresos para mantener a sus familias, ni siquiera han tenido acceso al IMV por los múltiples requisitos que imponen y por la falta de atención de los Servicios Sociales que se encuentran colapsados, con faltas de personal y de recursos.

Los desahucios se están multiplicando y acelerando en estos días a pesar del Decreto Antidesahucios que se ha prorrogado hasta finales de Agosto. Cientos de familias vulnerables están siendo notificadas para sus lanzamientos, da igual que tengan menores a su cargo o familiares enfermos, que tengan que dormir en la calle, los intereses de los fondos buitres y los grandes tenedores de viviendas vacías que son los bancos parecen estar por encima de la vida de las personas y la protección social.

El precio de la luz vuelve a dispararse, un servicio esencial en manos de empresas privadas cuyos beneficios, en plena pandemia, se han triplicado mientras abandonan el mantenimiento de sus infraestructuras en nuestros barrios provocando que las instalaciones, en su mayoría con más de 40 años, salgan ardiendo una y otra vez en estos días en los que apenas ha empezado a apretar la calor y se produzcan cortes de más de 24 horas.

A todo esto se suman los mayores recortes en sanidad y educación públicas en beneficio de las empresas privadas.

Por eso mañana, hay que acudir a esta cita convocada por Marea Blanca en Sevilla.

¡Toca defender lo público y los derechos conquistados!

¡Se lo quieren cargar todo!